La tormenta

No es la primera vez que sucede, se acerca la tormenta la escucho y de pronto todo se obscurece, los relámpagos latiguean inundando solo por un segundo la obscurecida calle y los truenos retumban con la fuerza de quien intenta destruir las paredes.

Pero soy un necio que creció en tus ventiscas, soy un tonto que adora tempestades. Me acerco al balcón para abrir la ventana y recibir de lleno toda la fuerza, es la única manera de calmarte no se puede luchar con tu furia, y refugiarte para no escucharla es de cobardes.

No es mentira adoro sentir en mi cara toda la furia del tifón porque me hace sentir vivo no se puede estar mas cerca de tu corazón que en plena tormenta.

Nunca podrás olvidarme

Estoy de nuevo aquí, con un fantasma que me dedica de vez en cuando una sonrisa. Mi mente vacila a cada paso que da pues intenta huir, huir a un tiempo donde todo era para siempre y yo no entendía que es imposible ser dueño de algo que no te pertenece.

Benedetti lo escribió alguna vez, y pienso que tenia razón. Si hubiera intentado olvidar estaría aun más lleno de remembranzas, nunca entendí que para poder hacerlo abría que vaciar rencores, sin sabores, llantos y remordimientos, sin embargo yo tan solo me dedique a llenar tu recuerdo.

Nunca podre olvidarte, es contra natura seria como tratar de negar mi existencia, no se puede encontrar de pronto una luz en medio de la nada y pretender que no ilumina el vació. Tu eres esa luz, lo que somos y lo que alguna vez fuimos es consecuencia de esas candelas que nos cambiaron la manera en que percibimos la vida, haciéndola siempre mas brillante.

No se si tu nunca podrás olvidarme, quizá no lo intentamos tanto como deberíamos o quizá Mario tenia la razón y sencillamente nunca lo entendimos pues, "el olvido esta lleno de memoria".

Me has traído de regreso

Y de pronto todo regresa: las ganas, las palabras que parecen escribirse solas, las ideas que se agolpan tratando de salir una a una del embudo que se forma en mi mente, el miedo y la sinrazón de darte todo olvidando que tengo que guardar un poco para mi.

Y regresas tu: un fantasma, un recuerdo de todo aquello que llevo a este peregrinaje, el génesis de todo para mi, de la vida misma, de la hecatombe de mis sentimientos, la razón por la que mi corazón aprendió a dudar y defenderse aun cuando no esta bajo asedio.

Nosotros tan incompetentes como siempre; cada uno con su parte que se dividió de aquel todo que un día formamos, con vidas hechas y caminos recorridos que nos separan pero parecieran llevar a un mismo destino.

Yo y mi miedo, tengo terror a que seas una equivocación apostando de nuevo por la causa perdida; invertir en tu recuerdo para ser parte del mas grande engaño orquestado por mi mente y mi corazón que en conjunto son astutos pero carecen de cualquier escrúpulo son maquiavélicos y no escuchan razones ni suplicas.

Tu, yo y mi miedo, ese es mi universo por esta noche, y la razón por la que por fin he regresado. Mejor dicho me has traído de regreso.

Julio Cortázar: El Futuro

Y se muy bien que no estarás.
No estarás en la calle
en el murmullo que brota de la noche
de los postes de alumbrado,
ni en el gesto de elegir el menú,
ni en la sonrisa que alivia los completos en los subtes
ni en los libros prestados,
ni en el hasta mañana.
No estarás en mis sueños,
en el destino original de mis palabras,
ni en una cifra telefónica estarás,
o en el color de un par de guantes
o una blusa.
Me enojaré
amor mío
sin que sea por ti,
y compraré bombones
pero no para ti,
me pararé en la esquina
a la que no vendrás
y diré las cosas que sé decir
y comeré las cosas que sé comer
y soñaré los sueños que se sueñan.
Y se muy bien que no estarás
ni aquí dentro de la cárcel donde te retengo,
ni allí afuera
en ese río de calles y de puentes.
No estarás para nada,
no serás mi recuerdo
y cuando piense en ti
pensaré un pensamiento
que oscuramente trata de acordarse de ti.